Friday, July 2, 2010

Hostellerie de Plaisance, Saint-Emilion

La cena en la terraza del Hostellerie de Plaisance (Place du Clocher, Saint-Emilion, 2 Estrellas de Michelin) fue memorable por el ambiente, la vista, la comida, y la calidad del servicio. Desde la terraza del Hotel y Restaurante, en el corazon de este maravilloso pueblo que se remonta al siglo X, se divisan los historicos viñedos de Saint-Emilion, asi como las sucesivas construcciones, iglesias, y fortifiaciones que han hecho de este lugar Patrimonio Historico de la Humanidad.

Elegimos el menu de descubrimiento, es decir, un menu hecho a medida y en el cual todos los platos son sorpresa. Se nos acerco el Chef Philippe Etchebest, elegido con el codiciado "Meilleur Ouvrier de France 2000," para darnos la bienvenida y preguntarnos si teniamos alguna alergia real o imaginaria a algun ingrediente, para asi poder dar rienda suelta a su imaginacion. Decidio que comeriamos Cepe/Poele, Foie gras de canard, Turbot sauvage, Poitrine de veau, seguido de quesos y 2 postres, con pequeños cambios de sabor (Amuse Bouche) entre cada plato. Acompañamos la comida con un Clerc Millon 2005 (Pauillac, con fuerte terroir y finisima estructura), y los postres con un Doisy Vedrines 2002 (Sauternes).

Sin lugar a dudas las 2 Estrellas son merecidas, a pesar del servicio un poco impersonal y en el cual los papeles se invierten, es decir, el restaurante nos hace el favor de servirnos las maravillas que producen, en lugar de ser nosotros, los clientes, los que les hacemos el favor de haber venido. Viva Francia! Dos cosas muy rescatables. En primer lugar, la vista inigualable. Y en segundo, algo que nunca habiamos visto: un carrito, no de quesos, ni de postres, ni de piscos, sino de infusiones. Es decir, un carrito con una serie de macetas de cristal, en las cuales crecen las mentas, manzanillas, y boldos a su antojo, y de la cuales se cortan las hojas con tijerillas especiales que van directamente al te o infusion escogido. No hay forma de protestar de que no estan frescas.

A todo esto hay que añadir que habia Luna Llena, clarisima y enorme, y que era el cumpleaños numero 50 de Illuminata. Luego de casi cuatro horas de estos sucesivos placeres, se acerco Monsieur Etchebest a saludar al momento de la torta, y a preguntar, con una gran sonrisa, si estabamos satisfechos.... en resumen, un lugar inolvidable y altamente recomendable.

Salvador e Illuminata

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