Tanto el
Lima 27 como el Café Deli France han sabido mantener su calidad.
Almorzamos
un domingo de marzo en el Lima 27, y a pesar de que la ciudad había quedado desierta
por el éxodo de los masoquistas hacia las playas del sur, el Restaurante
mantuvo la calidad del servicio y la comida. Menús ingeniosos, excelente decoración,
y un servicio correcto son sus principales características.
Lo que sí está mal
es la presencia de esos oligofrénicos en la playa de estacionamiento, que en
busca de su propina de 10 soles por hacer nada se dedican a estorbar y a abrir
puertas cuando nadie se los pide; ¿porque no los esconden?
El Café Deli
France por otro lado sigue lleno, gracias a la simpleza pero calidad de su
honesta comida francesa y a su servicio exquisito. La decoración es perfecta, y
logran que la experiencia sea correcta, completa, como ningún otro sitio en
Lima. Bravo.
Salvador
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