Tuvimos la suerte de encontrar un clima perfecto a fines de noviembre, así que pudimos caminar y nutrirnos así mejor de la energía de esta extraordinaria ciudad. Como otras veces, la primera noche corrimos a cenar en Le Relais del’Entrecote (20, rue Saint-Benoit), siempre altamente recomendable. Como no se pueden hacer reservas, hay que hacer la cola afuera, lo cual desde ya incrementa la expectativa y abre el apetito. Adentro, el ambiente lleno de bulla y repleto le da ese toque especial. La fórmula de la ensalada y la carne con salsas secretas, y las mejores papas fritas del mundo, acompañados de una buena selección de vinos y postres estupendos lo convierten en un destino informal obligatorio.
La cena más formal y elegante la guardamos para Le Grand Vefour (17, rue de Beaujolais, Paris 75001, junto al Palacio Real) del Chef Guy Martin, el restaurante más emblemático del mundo en donde han cenado entre otros Louis XV, Napoleon, Danton, Victor Hugo, Colette, y Jean Cocteau (quien diseño su menú), y que está en el mismo lugar desde 1784. La elegancia es extrema pero acogedora, con paredes decoradas en vidrio pintado a mano por detrás, servicio exquisito y elegante, cubiertos dorados y porcelana de Sevres hecha por encargo. Por mucho tiempo tuvo 3 Estrellas de Michelin, pero perdió una en el 2008 así que ahora tiene 2. La reserva era a las 9:30 PM por lo que no hubo tiempo de degustar el menú completo. Illuminata pidió Ravioles de Pate y Langostinos “Langoustines cuites au four, condiment de mangue et raisins blonds, jus au cúrcuma,” mientras Salvador pidió el Foie Gras de Pato y la Liebre Real, con una salsa realmente fuerte e idéntica a la Cola de Buey del mismo Guy Martin que probamos en su restaurante “Le Normandie” en el Mandarin Oriental de Bangkok años atrás. La lista de vinos es enciclopédica y los postres excelentes. El costo por ambos fue idéntico al precio de uno de los pasajes a Europa, pero vale la pena de vez en cuando. Recomendable para quien no haya estado nunca, por ser una experiencia única.
Otro dia y luego de visitar el Pompidou, almorzamos en el Restaurante Georges en el Piso 6 del mismo Centro, que tiene una vista magnifica de todo Paris, pero excesivamente caro para lo que es. El menú es básico pero bueno, con una Tempura de Langostinos muy rescatable. Sugerimos entrar, mirar, pero no quedarse.
Finalmente, cenamos en el célebre Restaurante del Hotel Costes (239 rue Saint Honoré, Paris 75001), un lugar acogedor y decorado ecléticamente, en donde hay que ir vestido exquisitamente chic para recibir una buena atención, ya que está lleno de artistas, políticos, y otros personajes que necesitan dejarse ver. La comida fue inesperadamente buena, incluyendo la Sopa de Castañas, una Milanesa, los Escargot, y un Veau excelente. El Chateau de Sales 2004 (Pomerol) estuvo a un buen precio e inolvidable por su fruta y balance. Pensamos volvernos asiduos visitantes del Costes.
Salvador e Illuminata
Wednesday, November 30, 2011
Paris (Noviembre 2011)
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